Jorge Toriello Garrido
Jorge Toriello Garrido (Murió en 1998) fue uno de los tres que conformaron la Junta Revolucionaria de 1944, que terminó con la dictadura en Guatemala el 20 de octubre de 1944 al 15 de marzo de 1945. Toriello Garrido, un civil (comerciante), junto con el capitán Jacobo Arbenz Guzmán y el mayor Francisco Javier Arana, derrocaron el régimen militar de Federico Ponce Vaides, sucesor de Jorge Ubico, y así mismo terminaron con la dictadura de éste en Guatemala. Se le denominó “el ciudadano”.
Jacobo Árbenz al ver el asesinato de el único diputado que se opuso al nombramiento de Ponce Vaides, el ex telegrafista Alejandro Córdova, decidió pedir su baja del ejército y a partir de ese día se dedicó a conspirar para derrocar al régimen del general Ponce Vaides, para lo cual se juntó con uno de sus más íntimos amigos con quien jugaba polo, Jorge Toriello Garrido. Pocos días más tarde, ambos se reunieron con el teniente coronel Carlos Aldana Sandoval, por entonces Jefe de la Sección Motorizada del cuartel Guardia de Honor, quien a su vez habló con su subalterno el Jefe de los Tanques de Guerra, el mayor "de línea" Francisco Javier Arana, para que se uniera al complot. El doctor Arévalo estaba tan confiado en que ganaría las elecciones y que Ponce le iba a entregar la Presidencia, sin pensar que las elecciones no serían limpias y que Ponce jamás le entregaría el mando, creía que una insurrección sería inconveniente, por lo que pidió a Árbenz y a Toriello que no continuaran con el complot. A tal grado que cuando comenzaron a sonar los cañonazos, durante la noche del 19 de octubre, se rumoreó que había sido recibido en calidad de huésped, no como asilado político, en la residencia del embajador de México, Romeo Ortega, de la cual no salió sino después de las 3 de la tarde del 20 de octubre, cuando se supo que ya se encontraba en el Palacio Nacional una Junta Revolucionaria de Gobierno compuesta por el ciudadano Jorge Toriello Garrido, el mayor Francisco Javier Arana y el capitán Jacobo Árbenz Guzmán. A raíz de esto se produjo un grave disgusto entre ellos debido a que Toriello calificó de "cobarde" el comportamiento de Arévalo. A partir de ese desagradable incidente, jamás se llevaron bien y aunque Toriello asumió el cargo de ministro de Hacienda cuando Arévalo asumió la Presidencia de la República, la relación entre ellos empeoró en el transcurso del tiempo y terminó con la destitución de Toriello.
Jacobo Árbenz al ver el asesinato de el único diputado que se opuso al nombramiento de Ponce Vaides, el ex telegrafista Alejandro Córdova, decidió pedir su baja del ejército y a partir de ese día se dedicó a conspirar para derrocar al régimen del general Ponce Vaides, para lo cual se juntó con uno de sus más íntimos amigos con quien jugaba polo, Jorge Toriello Garrido. Pocos días más tarde, ambos se reunieron con el teniente coronel Carlos Aldana Sandoval, por entonces Jefe de la Sección Motorizada del cuartel Guardia de Honor, quien a su vez habló con su subalterno el Jefe de los Tanques de Guerra, el mayor "de línea" Francisco Javier Arana, para que se uniera al complot. El doctor Arévalo estaba tan confiado en que ganaría las elecciones y que Ponce le iba a entregar la Presidencia, sin pensar que las elecciones no serían limpias y que Ponce jamás le entregaría el mando, creía que una insurrección sería inconveniente, por lo que pidió a Árbenz y a Toriello que no continuaran con el complot. A tal grado que cuando comenzaron a sonar los cañonazos, durante la noche del 19 de octubre, se rumoreó que había sido recibido en calidad de huésped, no como asilado político, en la residencia del embajador de México, Romeo Ortega, de la cual no salió sino después de las 3 de la tarde del 20 de octubre, cuando se supo que ya se encontraba en el Palacio Nacional una Junta Revolucionaria de Gobierno compuesta por el ciudadano Jorge Toriello Garrido, el mayor Francisco Javier Arana y el capitán Jacobo Árbenz Guzmán. A raíz de esto se produjo un grave disgusto entre ellos debido a que Toriello calificó de "cobarde" el comportamiento de Arévalo. A partir de ese desagradable incidente, jamás se llevaron bien y aunque Toriello asumió el cargo de ministro de Hacienda cuando Arévalo asumió la Presidencia de la República, la relación entre ellos empeoró en el transcurso del tiempo y terminó con la destitución de Toriello.
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